Cuando muchos apostaban a que nuestra historia había terminado, con esfuerzo, con militancia, con sueños llenamos el Comedor de la Ciudad Universitaria.
No importa cuántos fuimos, lo importante es que tomen nota que hay una marea que crece en contra del robo, del narco gobierno, de la indecencia, de la corrupción, de la trampa y la mentira.
Y a esta altura está claro que ese enorme equipo social que se viste con distintos colores, está dispuesto a enfrentar a De la Sota y a quién se le sume a dejar todo como está.
Mentir para que nada cambie.
Hoy, como todos los 1° de Mayo desde hace 10 años, nos reunimos para reencontrarnos, compartir, pero fundamentalmente para honrar el trabajo, el trabajo como sostén de nuestras vidas y como una forma de conquistar la dignidad.
Ante una vibrante y emotiva multitud de cuatro mil compañeros, dejé en claro mi gratitud a la militancia y a quienes nos siguen desde siempre y a los que sumaron ahora, redoblando su voluntad de sostener un nuevo espacio junto a la preocupación que nos altera frente al desconcierto que el presente supone para quienes viven de un sueldo: los trabajadores.
Un 16% de inflación en lo que va del año y más del 11% de aumento en la canasta de alimentos no son buenas noticias para los trabajadores. Hay despidos y suspensiones en la industria y la construcción y la presidenta nos aconseja no hacer huelgas porque está todo bien.
Como en las mejores épocas, los militantes, los legisladores, diputados nacionales, autoridades partidarias y yo como figura visible del espacio, estamos decidido a pechar el carro y eso explica la concurrencia masiva que tuvimos.
Sin embargo, pese la multitud que hemos reunido, nosotros los hombres y mujeres del Frente Cívico no debemos olvidar que nos debemos a la gente de trabajo, pero mucho más a quienes no tienen un empleo digno.
Porque fíjense ustedes, mientras el gobernador De la Sota anda paseando miles de cordobeses pierden su empleo. Y lo que es tanto o más grave, el lunes cientos de otros trabajadores se levantarán con un miedo que debería avergonzar a los funcionarios de este longevo gobierno, que con casi dieciséis años de mandato sólo actuó para acentuar las diferencias. A los que están en negro, a los que no cobran con recibo, a los que tienen un plan, los domina el terror de perder el trabajo. Y todo esto ocurre, también, cuando los líderes gremiales, especialmente de los sindicatos metalmecánicos, cierran la boca y no denuncian los problemas de quienes supuestamente representan”.
Todo esto sucede en una provincia y en una ciudad ganada por la corrupción. Recuerdo que mucha gente en Córdoba creyó y confió y puso esperanzas en ese Pibe que le devolvía al radicalismo el gobierno de la Ciudad. Hoy a dos años y medio la única esperanza que tenemos es que se termine la incapacidad y la corrupción de este incapaz gobierno municipal.
A los radicales de verdad, al peronismo honesto y harto de las picardías del PJ, a socialistas, comunistas, a los jóvenes luchadores y a todos los ciudadanos independientes que pretenden sacarse de encima quince años de abusos , impuestazos y corrupción los llamamos a cerrar filas. A pensar juntos.
El futuro es esperanzador porque claramente hay una vocación social de decencia y búsqueda de otra forma de gobernar. Quiero aprovechar este momento para reiterar que nuestro límite es la corrupción y nuestros enemigos los corruptos.
Hace diez años que celebramos el Día del Trabajador, hace una década que tenemos vigencia. Entonces les pido que me ayuden a imaginar un 1° de Mayo con el Frente Cívico en el gobierno. Si analizamos a quienes estuvieron antes y a los que vinieron después, nadie puede discutirnos que estamos en condiciones de gobernar Córdoba, provincia y la Ciudad. Y que no quepan dudas que llegaremos al poder para que todos los habitantes de Córdoba recuperen su trabajo, su salud, su educación y la dignidad que nos merecemos.
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